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A la hora de invertir dinero, en el momento de buscar financiamiento, e inclusive, cuando se quiera salvaguardar el patrimonio propio en beneficio de los seres queridos, existe una palabra que describe todo aquello que motiva a una persona a pasar de la idea a la acción: confianza en el fideicomiso.
Si no se tiene confianza, la opción de guardar el dinero debajo del colchón no presenta malos argumentos al compararlo con la alternativa de depositar dicho efectivo en una entidad o persona en la que no se sienta seguro.
Eso, básicamente, es lo que se conoce como un fideicomiso, una práctica tan antigua que proviene de tiempos romanos y del latín: fideicommissum (fidei significa confianza y commissum quiere decir confiado). En español, fiducia es la palabra legal que se utiliza para describir precisamente eso, confianza.
¿Cuáles son las partes involucradas en un fidecomiso?
Para entender mejor el fideicomiso, lo primero que se deben tener claro son las partes involucradas:
- En primera instancia está la persona o empresa que originalmente posee los activos (mismos que pueden ser bienes inmuebles o muebles, dinero en efectivo, acciones, bonos, entre otros). Esta se denomina fideicomitente.
- El fiduciario es la persona, física o jurídica, encargada de administrar y proteger el patrimonio del fideicomitente.
- Por último está el fideicomisario o beneficiario quién es la persona, física o jurídica, que obtendrá el beneficio del fideicomiso cuando en este se cumplan los fines para el cual fue creado.
El fideicomitente, al constituir un fideicomiso, lo que hará es ceder una parte o a la totalidad de su patrimonio para que sea controlado por el fiduciario; lo que significa que dicho patrimonio no se puede contar como propiedad del dueño original pero tampoco como parte del patrimonio propio del fiduciario. En otras palabras, el terreno, el dinero o lo que conste en el fideicomiso pasará a quedar protegido de cualquier situación que pueda afectar los bienes personales del fideicomitente o del fiduciario.
Fideicomiso para proteger el patrimonio de la familia:
En una familia de tres personas, papá, mamá e hijo o hija, puede que un fideicomiso sea la mejor opción para asegurar que los bienes sean manejados exclusivamente con fines de asegurarlos en caso que falte el fideicomitente; es decir, los padres pueden ejercer de fideicomitente e inclusive de fideicomisarios(beneficiarios) de un mismo fideicomiso. El fiduciario puede ser cualquier persona física o jurídica, con capacidad para adquirir derechos y contraer obligaciones, el cual deberá acatar y tomar las decisiones sobre el patrimonio acorde con los fines establecidos en el contrato, como por ejemplo, que si los padres mueren, del patrimonio existente, el hijo o hija reciban una mesada mensual hasta que cumplan 25 años, edad en la cual ya podrán disponer, sin limitantes, de la totalidad del patrimonio fideicometido, y en ese momento el fideicomiso se extingue.
Fideicomiso para proteger el patrimonio de su negocio:
A nivel de negocios, un buen ejemplo de fideicomiso sería el de una persona que posee un terreno y quiera obtener de él la mayor ganancia posible. La persona o entidad fiduciaria se encargará, con base en el contrato establecido, de llevar a cabo dicho fin mediante el manejo del terreno en cuestión, ya sea construyendo un centro comercial, apartamentos, lo que éste último considere conveniente para cumplir el fin del fideicomiso.
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